TEMA
Nº 3 ECUMENISMO
MOTIVACIÓN
EL
MUNDO Y NOSOTROS
- Observa y explica
las características de este dibujo.
- ¿Qué entiendes por
unidad?
- ¿Cuáles piensas que
son las características de la unidad?
ILUMINACIÓN
DIOS
TIENE LA PALABRA
La
unidad religiosa debiera existir porque así es la voluntad de Dios. (Juan 17). El Señor
oró pidiendo la
unidad de sus
discípulos, el apóstol
Pablo manda a los Corintios
que estén "perfectamente unidos".
Así
pues, toda actitud o acción que promueva la división o la desunión, va en
contra de la voluntad de Dios y es, por lo tanto, pecaminosa.
Lo anterior
nos conduce a una afirmación:
la unidad religiosa
puede existir, aunque muchos lo consideren imposible. La
primera razón para nuestra afirmación es que Dios no pide imposibles, y Él
pide, ordena, la unidad religiosa como mostramos en los párrafos anteriores.
Además, el Señor ha proporcionado la base de la unidad al darnos a todos los
mismos mandamientos y enseñanzas en su Palabra que es perfecta, imperecedera e
incambiable. Alguien lo expresó bien cuando dijo que lo que divide a los
hombres no es lo que la Biblia dice, sino lo que ella NO dice”. (1 Corintios 14,33). En efecto, “Dios no es un Dios de confusión,
sino de paz" (1Corintios 1.10). Y ordena (1 Pedro 4.11), que "si
alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios"
PROFUNDIZACIÓN
EL CONCILIO VATICANO II Y LA ESPERANZA ECUMÉNICA
En el
año 1959, siendo
Sumo Pontífice de
la Iglesia católica Juan XXIII y
al finalizar el Octavario por la unidad de los cristianos el día de la
conversión del apóstol san Pablo, el Papa
comunicaba a los
allí presentes la convocatoria de un Concilio Ecuménico para toda la Iglesia
Católica para restaurar algunas formas antiguas de afirmación doctrinal y de
prudente ordenamiento de la
disciplina eclesiástica que
en otro tiempo dieron frutos de extraordinaria
eficacia.
* El Ecumenismo se refiere al “conjunto de actividades e iniciativas que
según las distintas Iglesias y las circunstancias de los tiempos se suscitan y
se ordenan a fortalecer la unidad de los cristianos” (UR. N° 4)
*
Que ecumenismo no significa uniformidad de criterios o formas de vivir nuestra
fe.
* Que uno
de los documentos
sobresalientes del Concilio
se llama “UNITATIS
REDINTEGRATIO” = Restauración de
la Unidad.
* Lo
que favorece el ecumenismo es el diálogo con las demás confesiones religiosas;
el respeto a sus estilos de
vivir o celebrar
su fe; la
práctica de la
oración en común
para conseguir la
unidad de los cristianos.
* La
tarea de acercamiento a los demás así como la búsqueda de la unidad no sólo
corresponde a la jerarquía de la Iglesia sino a cada cristiano por ser discípulo de Cristo.
* El
esfuerzo por lograr la unidad no es sólo de orden religioso sino que se trata
también de la lucha por la paz, por la justicia y la igualdad entre los
hombres.
Apertura
del Concilio Vaticano II
21
de octubre de 1962
Afirmamos
categóricamente que aquel 25 de enero de 1959, el Pontífice acababa de consumar
un paso de increíble trascendencia para la Iglesia y el mundo. El concilio
Vaticano II había sido arrojado a la tierra de la cosecha,
como una pequeña
semilla por el
sembrador evangélico, destinada
a convertirse en
grandioso árbol de frutos permanentes.
Casi
tres años después de este hecho, el Papa escribía tras anunciar la celebración
del nuevo concilio nos pareció que arrojábamos
una pequeña semilla
de ánimo…desde entonces casi
han pasado tres
años, en cuyo
transcurso hemos visto crecer
aquella pequeña semilla, con
la gracia divina, hasta convertirse en magnífico árbol.
Un hecho
significativo y de
gran importancia, es cómo
se le ocurrió
al Santo Padre
la magna idea
de convocar un concilio
ecuménico. A los
ojos de muchos, pasará desapercibido, a otros le parecerá algo sin importancia, pero viendo
este hecho como algo providencial para la Iglesia y el mundo, toma enorme
dimensiones.
La idea
del concilio fue
concebida por el Papa Juan XXIII según
su propio testimonio,
no después de
una prolongada meditación sobre
ella, sino repentinamente, como flor
de inesperada primavera.
Repetidas veces, y en solemnes documentos,
indicó el Pontífice
su personal convicción de
haberla recibido de
una inspiración del Espíritu en
su alma. Sus
testimonios sobre el
hecho señalan dos
matices particulares: la
absoluta espontaneidad de la
idea y la
intervención divina en
ella, así en
su diario escribía
el primero en
quedar sorprendido con mi propuesta fui yo mismo, sin que nadie me diese
indicaciones.
Sin
embargo el 24 de enero de 1960 en la sesión inaugural del sínodo romano explica
más claramente estando entregado a
humildes oraciones, oímos en nuestro sencillo e íntimo corazón la moción a
reunir el concilio ecuménico.
¿Por
qué hemos dicho “viendo este hecho como algo
providencial para la Iglesia y el mundo, toma enormes dimensiones”?
Porque
no puede cabernos duda de que Juan XXIII juzgó que había recibido de lo alto
una moción, cuya inspiración sintió como un toque misterioso en su alma. Es
decir Dios mismo le inspiró a él la enorme idea de convocar un concilio.
El
día 23 de diciembre de 1922 se publicaba la primera carta encíclica de Pío XI;
en ella el entonces Papa afirmaba aquella reunión de pastores, augustísima por
su concurrencia y autoridad, nos inspiró la idea de reunir…un
solemne concilio…sin embargo
no nos atrevemos…Y
la causa de
ello es que
también Nos, aguardamos pendientes
de la oración
a que el
bueno y misericordioso Dios
nos manifieste con
más certidumbre el plan de su voluntad
Por
esto mismo, podemos afirmar que el plan de la voluntad de Dios esperaba la
ocasión más oportuna y cuando ésta llegó, sugirió a su siervo Juan XXIII la
moción definitiva de realizarlo.
¿Cuál era el fin buscado en este
Concilio?
Su
Santidad Juan XXIII dijo entonces aquel 25 de enero de 1959 que el concilio era
convocado para restaurar algunas formas
antiguas de afirmación
doctrinal y de
prudente ordenamiento de
la disciplina eclesiástica que en
otro tiempo dieron frutos de extraordinaria eficacia. Sin embargo el diario
Vaticano L’ Osservatore Romano del día
siguiente del anuncio del Santo Padre decía por lo que respecta a la
celebración del concilio ecuménico, éste, en
el pensamiento del Padre Santo, mira
no sólo a la edificación del pueblo cristiano, sino que también quiere
ser una invitación a las comunidades separadas para buscar la unidad, que
tantas almas…anhelan hoy.
Por
lo tanto se ve claramente una dirección a la unidad de los cristianos.
Hay
un hecho, llamativo por cierto, que parece robustecer esta afirmación y es que
el Papa recibió la inspiración entregado a humildes oraciones en uno de los
días del octavario por la unidad de los cristianos.
Esto
queda manifestado perfectamente cuando en su encíclica sobre San León Magno escribía
tomamos el propósito de
convocar el concilio
ecuménico Vaticano II
confiando plenamente en
que suceda que
tan solemne reunión de obispos no sólo confirme con más estrechos lazos
la unidad de fe, de culto y de gobierno, sino que también haga volver hacia sí
los ojos de muchos que llevan el nombre de cristianos y los impulse a reunirse
en torno al gran Pastor de las ovejas.
Con mayor afinación y precisión de matices en la
bula de convocatoria en el Concilio
propone tres fines:
Primero
el rejuvenecimiento de la Iglesia; segundo iluminar los capítulos de su
doctrina que preparen el camino de la unidad y tercero una ocasión de paz
universal a todos los pueblos.
Por eso,
cuando el concilio
Vaticano II se
hace una realidad
ya directa, el
Papa en la
alocución inaugural, se extiende ampliamente sobre los fines del mismo
concilio.
- Primero, proteger y promover la
doctrina católica
- segundo, la unidad de los que llevan
el nombre de cristianos y aun de toda la gran familia humana.
No queremos
dejar pasar un
rasgo especial que
en la mente de Juan XXIII
adquirió el Concilio Vaticano II
En
su primera encíclica, tan sólo cinco meses después de la convocatoria
del concilio, el
Papa expone cómo
la Iglesia, por fundación
de su divino
Redentor, es Una hasta el fin de los siglos y cómo
por esta unidad, en la Última Cena, el Señor hizo una oración a su Padre que todos sean
uno: esto produce
una dulcísima esperanza de que un día las ovejas separadas
volverán al rebaño y habrá un solo rebaño y un sólo Pastor.
Esta suavísima
esperanza nos ha
llevado ya y
nos ha impulsado ardientemente al
propósito anunciado públicamente de reunir un concilio ecuménico.
En
la encíclica POENITENTIAM AGERE del 1 de julio de 1962,
pidiendo a todos
los fieles una
digna preparación de penitencia con vistas a tan gran acontecimiento, el
Papa vuelve a insistir en esta idea: que la fe católica, la
caridad y las
costumbres reflorezcan y
tomen tal incremento,
que aun aquellos
que están separados de esta sede
apostólica les estimulen a buscar sincera y eficazmente la unidad y a entrar en
un solo rebaño bajo un solo Pastor.
Finalmente
en una alocución de la tercera sesión del sínodo romano, el Papa expresaba su
esperanza de la reunión de los hombres
con la palabra del Señor: un solo rebaño y un sólo Pastor, en aquel momento
decía desde esta página evangélica brotan rayos de luz celeste…que parece
anunciar los primeros resplandores de la luz del próximo concilio ecuménico,
que ya conmueve…los ánimos de los cristianos de toda la tierra.
RECUERDA
- El Ecumenismo fue convocado por Juan XXIII para
restaurar formas antiguas de afirmación doctrinal.
- Se buscó la participación de las iglesias
separadas en el diálogo ecuménico.
- Su finalidad era indicar a todas las
comunidades cristianas, buscar la unidad
y formar un solo rebaño con un solo Pastor.
PRÁCTICO
Realiza un resumen de
los aspectos más resaltantes del Concilio Ecuménico.
COMPROMISO
Agradece a
Dios por habernos
hecho partícipes de
su Iglesia, elaborando
una oración de
unidad entre los hombres.
ACTIVIDAD
DE EXTENSIÓN
1. ¿Qué es el Ecumenismo?
2. ¿Cuál es la finalidad del Ecumenismo?
3. Realiza un periódico mural sobre la
información ecuménica.